Sea cual sea tu edad o tus horarios, a veces es difícil hacer frente a las preocupaciones diarias.
Y aunque es verdad que un poco de estrés puede ser beneficioso para sacar adelante nuevos proyectos, cuando es demasiado puede afectar a nuestro bienestar. En ese caso, es fundamental buscar tiempo para ti, recargar las baterías y desconectar de verdad. Un momento para nutrir tu cuerpo y tu espíritu sin que tengas que invertir mucha energía en ello.
Descubre a continuación nuestros consejos para dejar de lado el estrés y conseguir relajarte.
Por si aún lo dudabas, la actividad física es esencial para nuestra salud mental. En periodos de estrés, el ejercicio ayuda a canalizar la adrenalina que se libera en el cuerpo. Además, hacer deporte libera serotonina y endorfinas, lo que contribuye a un sentimiento de bienestar.
Por ejemplo, correr es un ejercicio perfecto en el que el cuerpo se relaja y entra en un estado cercano a la meditación gracias al fenómeno de «atención voluntaria».
Los deportes acuáticos también son relajantes gracias al efecto masaje del agua. El efecto de ingravidez hace trabajar todos los músculos sin apenas notar la sensación de esfuerzo. Llevado por el agua, el cuerpo se libera de crispaciones y tensiones.
El yoga es a la vez una actividad deportiva y una disciplina espiritual. Es ideal para aprender a concentrarse y centrarnos en nosotros mismos. Gracias a su efecto calmante, permite dejar la mente en blanco y relajar todo el cuerpo. Esta actividad es perfecta para aprender a gestionar las situaciones de estés y relativizar los imprevistos de la vida. A largo plazo, el yoga también es beneficioso para aliviar los problemas de espalda.
Televisión, ordenador, tableta, móvil… Numerosos estudios han demostrado que pasar mucho rato delante de una pantalla, sobre todo de noche, es una fuente de estrés.
Si trabajas frente al ordenador durante toda el día, asegúrate de hacer pausas frecuentes e intenta desconectar al menos una hora antes de acostarte. Por supuesto, eso incluye también no mirar el móvil…
Las músicas suaves (clásica, ambient, trip hop…) tienen un efecto calmante sobre tu organismo. Disminuyen el ritmo cardiaco, bajan la presión arterial y reducen los niveles de las hormonas del estrés.
También puedes escuchar los sonidos del mar, de la lluvia o el canto de las ballenas. Incluso hay música especialmente concebida para reducir el estrés en diversas plataformas de música.
Para luchar contra el estrés, la meditación es un ejercicio excelente. Permite centrar tu atención en el presente y manejar los pensamientos negativos al concentrarte únicamente en tus sensaciones.
Al practicar esta actividad a diario, sentirás más calma, limitarás las crisis de ansiedad y podrás tomar distancia respecto a lo que te provoca malestar.
Para una buena sesión de meditación, elige un sitio tranquilo. Busca una posición en la que estés a gusto, pero procura mantener siempre la espalda recta. De esta forma, ayudarás a tu organismo a mantener una buena respiración. Cuando te sientas bien, cierra los ojos. Inspira y espira profundamente para liberar el estrés.
Cuando sientas que te invade el estrés, también funciona cambiar de actividad. Es una manera de tomar el control de la situación rápidamente. Por ejemplo, cambiar las sábanas, ordenar tu habitación, lavar los platos… Son maneras de centrar tu atención en cosas concretas y mecánicas. Si sientes que la ansiedad es muy fuerte, puedes buscar actividades que te relajen como ocuparte del jardín, hacer una tarta, buscar una actividad manual que te guste… Te ayudará a concentrarte en otra cosa y calmar tu mente.